Si clasificamos los tipos de flujos por su nivel de turbulencia, podremos distinguir tres tipos diferenciados: el flujo laminar, el flujo en transición y el flujo turbulento. Para distinguir qué tipo de flujo es, se miden la velocidad, viscosidad, diámetro y densidad de fluido utilizando el número de Reynolds.
Existen dos tipos de flujos permanentes en el caso de fluidos reales, que es necesario conocer y entender: flujo laminar y el flujo turbulento. Ambos flujos son gobernados por distintas leyes. La viscosidad hace que las distintas capas de un fluido se muevan con diferente rapidez en respuesta a un esfuerzo cortante.
Un flujo se clasifica como compresible o incompresible, dependiendo del nivel de variación de la densidad del fluido durante ese flujo. La incompresibilidad es una aproximación y se dice que el flujo es incompresible si la densidad permanece aproximadamente constante a lo largo de todo el flujo.
Los fluidos pueden ser: Fluidos reales: son todos aquellos con la cualidad de ser viscosos o compresibles; la posición de sus moléculas puede cambiar continuamente. Fluidos newtonianos: son los que tienen viscosidad constante, sin variar según la fuerza que se les aplique.
También puedes identificar los tipos de flujo vaginal de acuerdo con su color: Blanquecino: Es muy común después de la ovulación y antes del periodo. Transparente: Estás en tu etapa más fértil. Rojo: Estás en tu periodo o es causa de anticonceptivos orales.
Tu útero, cuello uterino, y vagina producen el flujo para ayudar a mantener a tu vagina limpia y lubricada. El flujo también ayuda a combatir bacterias “malas” que pueden causarte una infección. Bottom line: el flujo vaginal es algo completamente normal y necesario.
Según Ponce (1979), existen tres niveles de difusividades representativas del flujo en canales abiertos: (i) difusividad molecular, (ii) difusividad del canal y (iii) difusividad espectral.
FLUJO VISCOSO. Los fluidos reales siempre experimentan al moverse ciertos efectos debidos a fuerzas de rozamiento o fuerzas viscosas. Así, la viscosidad es responsable de las fuerzas de fricción que actúan entre las capas del fluido.
Por ejemplo, considere un fluido que fluye en una tubería cilíndrica larga. Para velocidades lentas, las partículas de fluido se mueven a lo largo de líneas paralelas a la pared. Lejos de la entrada de la tubería, el flujo es constante (completamente desarrollado). Este flujo constante se llama flujo laminar.
El “flujo natural” es que las personas hablen cuando se sientan motivadas a hacerlo. Es lo que sucede fuera de cualquier formato acordado. Los estudios citados a continuación muestran que la ausencia de intencionalidad en la toma de turnos se manifiesta en patrones opresivos.
Flujo supercrítico Este tipo de flujo se caracteriza por tener una velocidad muy alta por lo que su profundidad disminuye. La energía que lleva está en forma de energía cinética.
El flujo en estado estacionario se refiere a la condición en la que las propiedades del fluido en un punto del sistema no cambian con el tiempo. El flujo dependiente del tiempo se conoce como inestable (también llamado transitorio).
PROPIEDADES DE UN FLUIDO Son propiedades la presión, la temperatura (común a todas las sustancias), la densidad, la viscosidad, la elasticidad, la tensión superficial, etc.
Los fluidos que conocemos normalmente se llaman “newtonianos” (el agua es uno de los mejores ejemplos) y en ellos los cuerpos en su seno oponen resistencia debido a su viscosidad y no a la velocidad del impacto o del movimiento.
Para determinar si un flujo es laminar o turbulento, se utiliza un parámetro llamado número de Reynolds (Re). El número de Reynolds es una relación adimensional que tiene en cuenta factores como la velocidad del fluido, la densidad, la viscosidad y el diámetro del conducto por el que fluye.
Si tienes vaginosis bacteriana, puede que tu flujo vaginal sea grisáceo, espumoso y con olor a pescado (sin embargo, también es común no tener síntomas). Si tienes tricomoniasis, el flujo a menudo es espumoso, de un color amarillo verdoso, tiene mal olor y puede tener manchas de sangre.
Los síntomas pueden incluir: Un flujo vaginal espeso, blanco, parecido al queso de consistencia de agua y por lo general sin olor. Picazón y enrojecimiento de la vulva y la vagina.
Es importante estar atenta a los cambios en el flujo vaginal. Los siguientes cambios pueden ser indicio de un problema: cambio en el olor (en especial si es desagradable) cambio en el color o la textura (en especial si se vuelve verdoso, grisáceo o se asemeja al pus)
La secreción vaginal acuosa suele ser un líquido claro o translúcido. Las glándulas dentro de la vagina y el cuello uterino producen flujo vaginal para eliminar las células muertas y las bacterias. Un flujo normal y saludable protege las vías urinarias y vaginales de infecciones y lubrica la vagina.
Si estás en plena menopausia, tienes un flujo anormal (más abundante y blanquecino), sensación de picor vulvar y enrojecimiento de la zona vaginal, puede deberse a una candidiasis vaginal. Acude a un especialista si tienes sospechas.
Generalmente, se considera normal que una mujer tenga unos 2-4 ml de flujo vaginal diariamente. La principal función del flujo vaginal es la de prevenir infecciones y mantiene protegida, limpia y húmeda la vagina para evitar irritaciones.